Plan de Cuidados
del Municipio B

El Municipio B inició en 2021 un proceso colectivo y transformador para dar cumplimiento al compromiso asumido en su Plan de Desarrollo Municipal 2020 – 2025 de:

“Construir un plan de cuidados municipal junto a los colectivos feministas, redes de cuidados, de personas mayores, de infancia y adolescencia, revalorizando la reproducción de la vida, la eco-dependencia y la corresponsabilidad como elementos centrales en el derecho a la ciudad.”

¿Qué hace?

  • Polígono de cuidados: obras de mejoras – veredas, plantaciones, rampas, podas –  e incorporación de equipamiento urbano en un área piloto para avanzar hacia una ciudad más inclusiva y amigable para todas las personas y la naturaleza  [Experimentación + urbanismo feminista].
  • Herramienta de visualización que acerca a la ciudadanía información sobre las ofertas de cuidados en el territorio. [Innovación tecnológica] 
  • Formación, talleres e identificación de referentes de cuidados a nivel institucional y de sus redes comunitarias y de gobernanza. [Interseccionalidad]
  • Cupos de cuidados para servicios de recreación y cuidado en vacaciones y/o extra horario escolar. [Política de corresponsabilidad con foco en mujeres con niños y niñas a cargo]
  • Campañas de sensibilización para promover la corresponsabilidad en los cuidados entre hombres y mujeres.[Cambio cultural – Feminismo]
  • Asambleas barriales, encuentros, talleres y relevamientos participativos para poner en valor el rol de los cuidados para la vida.  [Diagnóstico ciudadano, encuesta de opinión y perfil demográfico, trabajo con comercios de cercanía].

¿Cómo se hace?

  • Desde una perspectiva del urbanismo feminista que toma como principios rectores la ecodependencia, la interdependencia y la corresponsabilidad. 
  • De forma participativa, a partir de las tramas barriales existentes, compartiendo saberes junto a los y las vecinas, en los barrios, con la comunidad, la academia y la sociedad civil organizada. 
  • Innovando: apostando a generar y acercar experiencias concretas y significativas para los vecinos y vecinas en materia de cuidados. 
  • Con activa participación en foros nacionales y globales para contribuir a poner los cuidados en la agenda pública. 
  • Reconociendo y respetando las agendas antirracistas, feministas, ecologistas y potenciadoras de los bienes comunes.

 Nuestro punto de partida conceptual

La ciudad, el barrio, las calles y los espacios públicos no son neutros ni objetivos, sino que su diseño está permeado por ideas y valores hegemónicos que terminan por establecer quiénes pueden ejercer el derecho a la ciudad y cómo deben hacerlo.

Considerar estos aspectos, que develan que no existe una neutralidad en el pleno goce de derechos, en su uso y disfrute, es más que relevante a la hora de planificar y hacer ciudad, fundamentalmente desde las políticas públicas municipales. Nos permite visualizar quiénes, bajo esa supuesta hegemonía, han sido tradicionalmente excluidas y excluidos de ese derecho a la ciudad.

Este reconocimiento implica, a su vez, comprender que no todas y todos habitamos la ciudad de igual manera y que nuestros deseos y necesidades en relación con su uso y goce están atravesados por nuestra identidad de género, edad, clase social, situación de dependencia, entre otros aspectos.

El urbanismo feminista advierte lo antes señalado. Parte de la premisa de que en el diseño, el análisis, la percepción, la reflexión, el uso, la producción y la gestión de la ciudad se debe tener en cuenta la pluralidad existente. Distingue, así, cinco cualidades urbanas: la proximidad y la diversidad (de equipamientos y servicios en relación con las necesidades que tenemos las diferentes personas en nuestra vida cotidiana), la autonomía (hace a la accesibilidad universal y a la percepción de seguridad), la vitalidad (la configuración de espacios como lugares de encuentro, de sociabilización, de contención) y la representatividad (refiere a la participación en las decisiones urbanas, a tener en cuenta la historia y la memoria en la construcción de la ciudad) (Col·lectiu Punt 6, 2019).

Asimismo, cabe considerar que en nuestras sociedades el tema de los cuidados se asienta sobre una base de importantes desigualdades. Si bien el movimiento feminista ha colocado el tema de los cuidados como parte de la invisibilizada labor no remunerada de las mujeres, basada en la división sexual del trabajo, la reciente pandemia fue un contexto que dejó en evidencia su importancia como base de la sostenibilidad de la vida.

En construcción: la historia de nuestro plan 

En 2021 iniciamos un proceso colectivo y transformador. El Plan de Cuidados del Municipio B busca contribuir a la construcción de un territorio accesible, transitable y habitable por todos y todas con seguridad; un territorio que contemple los cuidados, desde una concepción integral del término, como un elemento indispensable para la reproducción de la vida. Todas y todos, de diferente manera, de acuerdo a nuestras necesidades, posibilidades, intereses y deseos, requerimos de cuidados y de un territorio que nos cuide. Por tanto, este plan no se reduce aquí a los cuidados de las personas dependientes, sino que contempla, con diferentes respuestas y propuestas, a la población toda.

Para el desarrollo de este Plan se buscó implementar un diseño participativo que incluyese a diferentes actores del entramado municipal, para considerar los recursos, servicios e infraestructuras existentes, así como también las ausencias en relación con los cuidados. 

Asimismo, este plan contiene un componente formativo, en el entendido de que es indispensable socializar en el tema de los cuidados y subvertir una cultura que invisibiliza a quienes cuidan. De esta manera, se busca hacer partícipe y corresponsable a la sociedad toda, aunque considerando los distintos accionares y alcances de cada uno de los actores. Así, este componente permitirá, por un lado, conocer el tema y los derechos y responsabilidades que conlleva. 

Por otro lado, mediante la formación se hace posible generar intercambios y brindar herramientas a quienes cuidan. En este sentido, se comparte que si no se produce algún tipo de proceso emancipador y una corresponsabilidad en los cuidados (entre instituciones, comunidades y personas de ambos sexos), estos seguirán a cargo fundamentalmente de los cuerpos de las mujeres. La redistribución de las obligaciones que implica tener cuerpo y ser especie, es decir, la desfeminización del trabajo de cuidados, es clave (Herrero, citada en Cúneo, 2020) para poder construir nuestros barrios en clave de cuidado, con el urbanismo feminista como horizonte.

Poner el cuidado de la vida y del ambiente en el centro de nuestras preocupaciones forma parte del horizonte de «igualdad» y las políticas de igualdad forman parte de las definiciones políticas del Municipio B.